Los aficionados a los coches clásicos podrán seguir circulando gracias a una empresa del Reino Unido que los está transformando en vehículos del siglo XXI.
Muchos de los 40 millones de vehículos que hay en el Reino Unido entran en conflicto con los planes del Gobierno británico. Los asesores del Gobierno británico afirman que el 46% de los coches del Reino Unido deben ser eléctricos en 2030 para cumplir los objetivos climáticos del país. Y los automovilistas ya están recibiendo hasta 2.000 libras (2.345 euros) para deshacerse de sus coches contaminantes más antiguos.
Sin embargo, en el Reino Unido se ha puesto en marcha una empresa para evitar que los motores clásicos vayan a parar al desguace.
En su sede del centro de Londres, London Electric Cars ha cambiado los motores devoradores de gasolina de los Rover Minis, Land Rovers y Morris Minors por energía limpia.
Su fundador, Matthew Quitter, está convirtiendo coches antiguos en vehículos de emisiones cero con la ayuda de baterías recicladas de Nissan Leaf y Tesla.
Quitter comenzó en 2017 convirtiendo su propio Morris Minor de 1953 con la ayuda de nueve celdas prismáticas de iones de litio. Ahora tiene un equipo de 10 personas.
Como cada transformación es a medida, puede llevar hasta seis meses convertir un coche y el precio de una conversión empieza en 29.326 euros. Sin embargo, como los coches eléctricos están exentos de algunos impuestos en el Reino Unido, los propietarios sólo tienen que pagar la electricidad, lo que significa que pueden conducir por la ciudad de Londres desde 1 libra (1,17 euros) a la semana.
Mientras los ingenieros de Quitter trabajan con impresoras 3D y células de iones de litio, intentan mantener intactos la mayoría de los elementos y accesorios de los coches clásicos.
El hecho de que los coches de época no lleven accesorios modernos como la dirección asistida o el navegador por satélite hace que la conversión sea más asequible, ya que requiere menos trabajo.
Los Minis y los Land Rovers son los principales protagonistas de las transformaciones, aunque también han pasado por su taller de Lambeth coches más singulares. Los ingenieros han dado una nueva vida a un Lancia B2, a un Bentley T2 y a un taxi londinense.
Aunque las conversiones no son baratas, sigue siendo rentable para los propietarios de coches clásicos.
Desde el lanzamiento de London Electric Cars, se le han unido en el mercado otras empresas de conversión eléctrica en el Reino Unido, entre ellas Lunaz Design, respaldada por David Beckham, que se especializa en la conversión de coches Rolls-Royce a partir de 350.000 libras (410.487 euros) en su sede de Silverstone, sede del Gran Premio de F1 británico.
Los planes de Quitter para hacer más accesibles las conversiones incluyen el envío de kits de conversión por correo.
El objetivo de la empresa ahora es hacer las conversiones en un tiempo más rápido.
Fuente:
https://ecoinventos.com/london-electric-cars/
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