viernes, 15 de agosto de 2025

El cambio climático impulsa los incendios forestales que arrasan España este verano

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 En distintos puntos de España arden simultáneamente numerosos focos. Seis comunidades autónomas combaten contra las llamas mientras expertos señalan al cambio climático como un factor clave: las olas de calor dificultan las labores de extinción y la crisis climática amplía la superficie en riesgo de arder.

Coinciden en que, además del impacto del cambio climático en la magnitud y simultaneidad de los fuegos, existe un problema grave de falta de prevención. Los planes actuales resultan insuficientes o ineficaces, lo que exige reformas profundas en la gestión del territorio y en las políticas de ordenación del paisaje en todo el país.

Una conexión directa entre la crisis climática y la intensidad de los incendios

Antonio Jordán López, investigador de la Universidad de Sevilla con más de 20 años estudiando fenómenos meteorológicos, atribuye al cambio climático la proliferación de incendios intensos y con múltiples focos que asolan España este verano.

Este factor, sumado a la acumulación de biomasa forestal y al abandono del paisaje agrario tradicional, ha favorecido la aparición de megaincendios impredecibles y devastadores que superan la capacidad de las brigadas para extinguirlos. Ante esta situación, el experto subraya que la única solución viable es la prevención.

Según datos del European Forest Fire Information System (EFFIS), en lo que va de año se han registrado en España 200 incendios que han calcinado más de 148.000 hectáreas, sin contar los menores a 30 hectáreas. Aunque ninguno ha sido clasificado como incendio de “sexta generación”, varios presentan riesgo de alcanzar esa categoría.

Según la definición de un incendio de quinta generación, se trata de fuegos de gran tamaño, muy veloces, con una intensidad extrema y múltiples focos de copas simultáneos, que afectan incluso a áreas urbanas en medio de olas de calor.

En cuestión de poco tiempo, estos incendios pueden transformarse en eventos de sexta generación, un fenómeno antes muy poco común pero que ha aparecido con fuerza y una capacidad de destrucción inédita.

En España, entre los episodios extremos que encajan en esta categoría están los de Torrefeta y Florejacs (Lleida) en julio pasado, cuya violencia impidió una intervención directa de los equipos; el de Sierra Bermeja (Málaga) en septiembre de 2021 y el de Tenerife en agosto de 2023. Fuera del país, los casos de Portugal (2017), Chile (2017), Australia (2020) o Canadá (reciente) ilustran esta nueva realidad.

Incendios de sexta generación

“Sin ánimo de alarmar, son casi apocalípticos”, señala Jordán, quien explica que, si los de cuarta y quinta generación ya son muy graves, los de sexta modifican la estabilidad atmosférica y pueden originar tormentas de fuego debido a una atmósfera cálida y bosques resecos y vulnerables.

“Imagina un incendio tan veloz, intenso e impredecible que parece vivo, capaz de alterar el clima y saltar kilómetros en segundos”, añade. Jordán, del Departamento de Mineralogía, Cristalografía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla, detalla que el calor liberado genera vientos tan potentes que alteran la atmósfera a gran altura. En esas condiciones, se forman nubes pirocumulonimbos que provocan lluvias y rayos que encienden nuevos focos al azar. Las pavesas, arrastradas por el viento, pueden recorrer largas distancias, anulando la eficacia de los cortafuegos.

Frente a un megaincendio, no es posible apagarlo ni sirve incrementar medios, ya que el personal no puede acercarse. Incluso el agua arrojada desde aeronaves se evapora antes de tocar tierra.

“La única opción es contener el perímetro y evacuar, esperando que cambien las condiciones meteorológicas o que el fuego se extinga solo. Es un escenario tan nuevo y caótico que aún no podemos predecir ni modelar su comportamiento”, afirma Jordán.

La crisis climática

Diversos factores sitúan al cambio climático como catalizador de estos incendios: sequías más frecuentes, olas de calor prolongadas y acumulación de vegetación seca. Sin embargo, el incremento de temperaturas es clave, confirmado por el hecho de que 2023 fuera el año más cálido desde 1850. Hace ya una década se comprobó que el cambio climático provocado por el hombre duplicaba la superficie forestal quemada frente a la que habría ardido sin su influencia.

Para este experto, mitigar el impacto de los incendios en España exige priorizar la gestión activa del territorio y transformar las políticas de ordenación del paisaje y de extinción. El cambio climático es un factor determinante para que los fuegos se agraven y alcancen la sexta generación; las olas de calor dificultan su control y favorecen su aparición. La prevención es la clave, y las acciones actuales son insuficientes.

Fuente: https://www.ecoticias.com/cambio-climatico/cambio-climatico-incendios-forestales-arrasando-verano-espana

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