Por tercer año consecutivo, Colombia encabeza la lista mundial de homicidios, mientras que en Guatemala los casos se multiplicaron por cinco, de acuerdo con el último reporte de Global Witness.
Carmelina Yule Paví, de 62 años, buscaba evitar que los niños del Cauca cayeran en manos de grupos armados. Felipe Xo Quib, pescador guatemalteco, se opuso a proyectos extractivos sin consulta a los pueblos Q’eqchi’. Marcos Sánchez Perea trabajaba en la protección de los bosques de Puebla. Los tres perdieron la vida, dejando inconclusa su labor. En 2024, al menos 146 líderes sociales y ambientales fueron asesinados o desaparecidos en el mundo; de ellos, 120 eran latinoamericanos. Colombia vuelve a ser el país con más muertes y Guatemala se coloca como la nación con la tasa per cápita más alta. Desde 2012, los registros suman 2.253 casos, casi uno cada dos días.
El informe, titulado Raíces de resistencia, confirma nuevamente que América Latina y el Caribe son las regiones más peligrosas para el activismo. En los últimos 13 años, 72% de los ataques (1.619) ocurrieron allí. Rachel Cox, asesora de Global Witness, advirtió que los defensores son tratados “como un estorbo” en medio de la crisis climática y el uso desmedido de recursos. El estudio llega a semanas de la COP30 en Belém, Brasil, donde estará sobre la mesa cómo frenar la violencia contra quienes protegen el ambiente.
Colombia registró 48 homicidios, casi un tercio del total global, aunque con un descenso respecto a 2023. Le siguen Guatemala (20), México (18), Brasil (12), Filipinas (7), Honduras (5) e Indonesia (5). Pese a la disminución en Colombia, especialistas como Astrid Torres, de la organización Somos Defensores, insisten en que las alertas no fueron atendidas por el Estado. Afrodescendientes, indígenas y mujeres figuran entre los grupos más afectados. Solo los pueblos indígenas representan un tercio de los casos, a pesar de ser apenas el 6% de la población mundial.
En América Latina y el Caribe, más del 68% de los asesinatos (82 de 120) estuvieron vinculados a disputas por la tierra. A nivel global, 29 casos se relacionaron con minería y extractivismo, ocho con explotación forestal y cuatro con la agroindustria.
Guatemala sorprendió por el aumento abrupto: pasó de cuatro a 20 homicidios en un año, convirtiéndose en el país más peligroso del mundo por habitante. Brenda Guillén, de la organización Udefegua, denunció que el 89% de los casos que llegan al Ministerio Público son archivados. Aunque valora el diálogo impulsado por el presidente Bernardo Arévalo, considera que la violencia es una represalia contra el movimiento indígena y campesino que apoyó su llegada al poder.
El informe también señala como principales responsables a la delincuencia organizada (42 casos), el paramilitarismo (17) y sicarios contratados (13). Además, en 2024 desaparecieron cuatro defensores en Chile, Honduras, México y Filipinas. Global Witness ha comenzado a llevar un conteo separado para estos casos.
Guillén critica la falta de visibilidad mediática: “En Guatemala se piensa que los 20 asesinatos son parte de la inseguridad general, pero en realidad los defensores son un blanco específico. Nos mantenemos ajenos al riesgo de defender los territorios”.
Fuente: https://elpais.com/america-futura/2025-09-16/cuatro-de-cada-cinco-lideres-asesinados-en-2024-eran-latinoamericanos.html

0 comentarios:
Publicar un comentario