En la huasteca potosina, un refugio ubicado en plena selva recibe linces que fueron extraídos de su hábitat y vendidos como animales domésticos en México. Algunos de estos felinos pueden regresar a la naturaleza tras ser rehabilitados, mientras que otros, por heridas o enfermedades, permanecen en el centro.
En la última década, las autoridades mexicanas han incautado 59 linces rojos vendidos ilegalmente. Entre 2015 y julio de 2023, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió más de 2,500 permisos para cazar linces rojos dentro de Unidades de Manejo Ambiental (UMA).
Mitsuo es un lince rojo de 11,3 kilos, con orejas puntiagudas y ojos color ámbar, cuyo pelaje moteado le permite camuflarse. Se cree que nació en Tamuín-Ébano, Huasteca potosina, y fue capturado siendo cachorro para mantenerlo como mascota. Intentaron quitarle los colmillos, pero casi muere desangrado. Posteriormente, fue entregado a un teniente local y, al trasladarse, lo entregó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que lo llevó a Selva Teenek, un centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre en San Luis Potosí.
El lince rojo no está en peligro de extinción, pero la caza y venta ilegal persiste. En los últimos diez años, la Profepa ha asegurado ejemplares en varios estados del país, incluyendo Puebla, Sinaloa, Michoacán, Ciudad de México, Baja California, Jalisco, Guerrero, Sonora y Durango.
Selva Teenek opera como UMA y busca la conservación y aprovechamiento sustentable de la fauna. Actualmente alberga a 42 residentes permanentes, incluidos jaguares, pumas, ocelotes, margays, yaguarundís y linces rojos. Algunos, como Mitsuo, no pueden ser liberados por daños físicos, pero reciben cuidados especializados, incluyendo técnicas de condicionamiento operante para mejorar su interacción con el entorno y los humanos.
Alondra Valencia, veterinaria del refugio, explica que los linces rehabilitados deben desarrollar conductas de caza y aversión a los humanos para sobrevivir si son liberados. Otros, como Zora, una lince que llegó con ocho semanas tras ser robada, no lograron adaptarse al ecosistema y permanecen en el centro. A pesar de los esfuerzos de rescate y rehabilitación, algunos casos terminan en eutanasia humanitaria cuando el sufrimiento del animal no puede aliviarse.
En junio de 2025, tres linces bebés rescatados de Rioverde, San Luis Potosí, llegaron al refugio tras ser robados para venta como mascotas. Selva Teenek continúa trabajando para preparar a estas especies para su posible retorno a la vida silvestre, mientras denuncia la persistencia del tráfico ilegal de fauna en México.
Fuente: https://es.mongabay.com/2025/08/linces-vendidos-rehabilitados-mexico/
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