Una investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) destapa una red de tráfico de mercurio desde minas artesanales en Querétaro hacia la minería ilegal de oro en Perú, Bolivia y Colombia. El estudio muestra cómo el metal logra evadir inspecciones aduaneras al ser ocultado entre piedras y grava, señalando presuntos vínculos con el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
El incremento en los precios del oro ha disparado la demanda de mercurio, elemento esencial en la minería artesanal y responsable de una creciente deforestación en la Amazonía. La cooperación con autoridades peruanas permitió decomisar cargas históricas, pero expertos advierten que sin controles adicionales será difícil reducir las emisiones contaminantes.
Durante seis años, al menos 200 toneladas de mercurio se habrían desplazado desde México hacia la minería ilegal amazónica. La investigación de EIA combina trabajo de campo, entrevistas con supuestos traficantes, imágenes y registros comerciales, revelando rutas de contrabando que parten de minas artesanales en Querétaro, una de las mayores reservas de mercurio del mundo.
El informe Traficantes no dejan piedra sin levantar documenta las estrategias para ocultar el mercurio en grava o materiales de construcción, evitando controles aduaneros. Considerado uno de los diez químicos más letales, el mercurio se emplea para separar el oro de otros materiales, pero su manipulación libera vapores tóxicos que contaminan aire, agua y suelos.
La escalada en los precios del oro ha promovido la expansión de la minería ilegal y la deforestación en Sudamérica. El mercurio alcanza hasta 330 dólares por kilo en México y hasta un 400 % más en la Amazonía, convirtiéndolo en un negocio altamente rentable.
Investigadores de EIA detallan cómo la red beneficia al crimen organizado en México y a grupos armados en la Amazonía, con graves consecuencias para la salud de comunidades locales e indígenas.
El análisis se centró en presuntos responsables y comercializadores, incluyendo al abogado Juan José Zamorano Dávila, quien, según el estudio, desarrolló métodos para exportar mercurio disfrazado de materiales de construcción. “Nadie ha podido detectar nuestra trama”, afirmó Zamorano a los investigadores.
Adam Dolezal, activista de EIA, señala que comprender el proceso de mezcla del mercurio con piedras fue clave para identificar los cargamentos ilegales. Luis Fernández, del Centro Sabin para el Medio Ambiente de EE. UU., destaca los riesgos para los trabajadores expuestos a vapores tóxicos sin protección.
Autoridades mexicanas han confirmado operativos recientes. En abril de 2025, Profepa inmovilizó cinco toneladas de mercurio ocultas en botes de pintura con destino a Bolivia, el mayor decomiso en cinco años. Entre 2011 y 2025, se realizaron inspecciones, clausuras y sanciones en la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Querétaro, además de decomisos coordinados con Aduanas hacia Uruguay, Chile, Colombia y Bolivia.
La investigación evidencia que las minas artesanales, ubicadas en áreas protegidas como la Sierra Gorda, están controladas en gran parte por el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Fotografías de EIA muestran vigilancia y cercos en minas como La Peña, Cristo Vive y La Fe. Durante visitas, los investigadores enfrentaron amenazas directas y confirmaron que la producción ha escalado a niveles casi industriales.
Una vez exportado, el mercurio llega a grupos armados en la Amazonía, incluidos las Autodefensas Gaitanistas y el ELN. La directora del programa de EIA en Perú, Julia Urrunaga, explica que combinar testimonios de trabajadores y análisis de comercio internacional permitió identificar 50 cargamentos entre 2019 y 2025, principalmente hacia Perú, seguido de Colombia y Bolivia.
El análisis detectó un patrón: empresas involucradas solo comercializan material de construcción con mercurio oculto. La coordinación con SUNAT permitió decomisar cuatro toneladas de mercurio camufladas entre 20 toneladas de piedra. Mediciones mostraron concentraciones de mercurio 2.000 veces superiores a los límites normales en el aire, con riesgo severo para la salud.
El estudio también critica fallas del Convenio de Minamata, firmado en 2013 para reducir emisiones de mercurio. Aunque México se comprometió a eliminar gradualmente la producción, la extracción persiste, especialmente en la Sierra Gorda. EIA considera que el país debe demostrar compromiso real, no solo reportar cifras formales.
Sin control en las regiones mineras, advierten los expertos, será imposible regular a los grandes comerciantes. Las incautaciones actuales solo “apaciguan” la situación. La organización recomienda eliminar la minería artesanal del uso permitido, prohibir el comercio internacional y reducir drásticamente el periodo de gracia para cerrar minas primarias en la próxima Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata.
Fuente: https://es.mongabay.com/2025/08/trafico-mercurio-mexico-amazonia/
0 comentarios:
Publicar un comentario