Especialistas coinciden en que la magnitud y simultaneidad de los fuegos también responden a una falta de previsión. Los planes de prevención y gestión resultan insuficientes, y urgen medidas más eficaces en la ordenación del territorio y el manejo del paisaje en todo el país.
Una relación directa entre incendios extremos y cambio climático
Antonio Jordán López, investigador de la Universidad de Sevilla con dos décadas de experiencia en fenómenos meteorológicos, advierte que el cambio climático es un factor decisivo en los incendios de gran intensidad que azotan España. La acumulación de biomasa, junto al abandono del paisaje agrario tradicional, ha favorecido la aparición de megaincendios con comportamientos impredecibles que superan la capacidad de respuesta de los equipos de extinción.
Según el sistema europeo European Forest Fire Information System (EFFIS), en lo que va del año se han registrado más de 200 siniestros que han calcinado más de 148.000 hectáreas. Aunque ninguno ha alcanzado oficialmente la categoría de “sexta generación”, el riesgo de que algunos evolucionen hacia ese nivel es cada vez mayor. Estos incendios, caracterizados por su rapidez, múltiples focos y capacidad destructiva, ya se han visto en episodios recientes en Lleida, Málaga y Tenerife, así como en países como Portugal, Chile, Australia y Canadá.
El riesgo de incendios de sexta generación
Jordán describe estos megaincendios como fenómenos “casi apocalípticos”. Su intensidad y velocidad les permiten alterar la estabilidad atmosférica, generar tormentas de fuego y expandirse de forma impredecible, saltando kilómetros en cuestión de minutos. En tales condiciones, cortafuegos y descargas de agua desde aeronaves resultan prácticamente inútiles.
Cuando un incendio alcanza esta magnitud, las autoridades solo pueden asegurar el perímetro, evacuar a la población y esperar un cambio en las condiciones meteorológicas. “La ciencia aún no puede predecir con exactitud el comportamiento de estos fuegos”, advierte el investigador.
Crisis climática y prevención
Sequías prolongadas, olas de calor más frecuentes y el aumento sostenido de las temperaturas —con 2023 registrado como el año más cálido desde 1850— confirman la influencia humana en la intensificación de estos fenómenos. Estudios previos ya habían demostrado que el cambio climático ha duplicado la superficie forestal afectada por el fuego en comparación con escenarios sin calentamiento global.
Los especialistas insisten en que la clave está en la prevención: una gestión más activa del territorio y un rediseño profundo de las políticas de planificación paisajística y sistemas de respuesta. Sin cambios estructurales, advierten, los incendios extremos podrían convertirse en la nueva normalidad en España.
Fuente: https://www.ecoticias.com/cambio-climatico/cambio-climatico-incendios-forestales-arrasando-verano-espana
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