El calor extremo que hemos experimentado este verano no se trata solo de una ola de calor, sino que es un indicativo de lo que podemos esperar del cambio climático, según Ashley Ward, director del Centro de Innovación en Políticas de Calor del Instituto Nicholas de Energía, Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos. Según él, "esto no es el tipo de calor al que estaba acostumbrada tu abuela".
Para combatir este calor, muchas personas llevan consigo botellas de agua para hidratarse en cualquier momento, y en las redes sociales, los videos sobre la mejor forma de mantenerse hidratado a menudo acumulan millones de visitas.
Sin embargo, ¿realmente necesitamos beber un litro de agua al día para mantenernos saludables? ¿Y es necesario que el agua tenga minerales, alcalinidad o sal para una hidratación efectiva?
El papel esencial de la sal
El cuerpo humano está compuesto por más del 75% de agua. La mayor parte de esta agua es absorbida por nuestras células, mientras que el resto lubrifica nuestros músculos y tejidos y genera saliva. Cualquier pérdida significativa de humedad corporal perturba el equilibrio que nos mantiene saludables, alerta y con vida.
La ingesta diaria recomendada para un adulto promedio es de ocho a 12 vasos de agua al día, según la Clínica Mayo. Sin embargo, una investigación publicada el año pasado sugiere que esta recomendación no tiene en cuenta el agua que absorbemos al consumir ciertas frutas y verduras, como la sandía y el pepino, ni otros factores relacionados con el estilo de vida, como la actividad física.
Cuando sudamos, perdemos agua (y sal) en mayor cantidad. La sal desempeña un papel importante en la regulación del equilibrio de líquidos a través de un proceso llamado ósmosis, que controla la cantidad de agua en nuestras células. Sin sodio, nuestras células podrían deshidratarse y marchitarse.
La sal presente en nuestro cuerpo también es esencial porque contiene electrolitos, que son minerales como el sodio, el potasio y el cloro. Estos electrolitos transportan una carga eléctrica a través de la sangre y los fluidos corporales, manteniendo un nivel saludable de hidratación.
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que las bebidas con electrolitos son valiosas, ya que reponen el potasio y la sal que se pierden a través del sudor. Sin embargo, antes de agregar sal al agua, es importante tener en cuenta que la mayoría de nosotros ya consumimos la cantidad recomendada de sodio en nuestra dieta.
Si estás en buena salud y no tienes problemas cardíacos conocidos, añadir una pizca de sal al agua no te hará daño y puede ayudarte a mantenerte hidratado. El tipo de sal no es relevante. La sal sin refinar del Himalaya, también conocida como sal rosa, ha ganado popularidad debido a su contenido ligeramente superior de minerales, pero solo se necesita una pequeña cantidad (aproximadamente un cuarto de cucharadita) para reponer la sal perdida. Además, cualquier barrita energética o tentempié que contenga sal también puede ayudar a recuperar los electrolitos perdidos.
Es importante destacar que el agua no es la única bebida hidratante que se puede consumir. Según algunos estudios, la leche de vaca puede ser más efectiva para mantener la hidratación que el agua. Esto se debe a que la leche puede ralentizar la pérdida de líquido en el estómago, lo que contribuye a mantener la hidratación durante más tiempo, y también contiene los electrolitos necesarios.
Aunque existen diversas variedades de agua embotellada con aditivos y mejoras populares, no hay evidencia sólida que demuestre que estas aguas hidraten de manera más efectiva que el agua del grifo.
El agua alcalina, que tiene un valor de pH más alto que la media, es menos ácida. Sin embargo, para prevenir la deshidratación, los profesionales médicos afirman que la cantidad de agua que se consume (no los niveles de pH) es lo más importante en términos de hidratación.
Actualmente, se están llevando a cabo investigaciones sobre los efectos del agua alcalina en el rendimiento deportivo, y algunos estudios recientes han señalado posibles beneficios para el público en general. Por ejemplo, según la Arthritis Foundation, un estudio sugiere que el agua alcalina con un pH de 8,8 "neutraliza permanentemente el ácido estomacal", y otro estudio ha indicado beneficios potenciales para la densidad ósea.
Es importante ser cauteloso con las narrativas erróneas que sugieren que el cuerpo te indicará cuando tienes sed, según advierte Josh Beaumont, un ex entrenador de fútbol femenino de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos).
Beaumont enfatiza que esperar a sentir sed es demasiado tarde para una hidratación adecuada, especialmente en climas más cálidos, ya que en ese momento es probable que ya estemos ligeramente deshidratados. Sin embargo, también advierte que no se debe beber agua de manera excesiva, ya que el estómago y el intestino tienen una capacidad limitada para absorber líquidos.
Es esencial conocer los medicamentos que puedas estar tomando, ya que algunos de ellos pueden interferir con la capacidad natural del cuerpo para mantenerse hidratado. Algunos medicamentos que pueden hacer que el calor sea más peligroso incluyen ciertos antidepresivos, diuréticos y medicamentos para la tensión arterial, ya que pueden afectar la función renal y los niveles de electrolitos. Las personas con diabetes, que ya tienen una mayor necesidad de orinar, deben prestar especial atención a su ingesta de líquidos.
En situaciones extremas, consumir una cantidad excesiva de agua puede resultar en una condición conocida como hiponatremia, que es una respuesta a la falta de sal. La hiponatremia es más común en personas mayores y en aquellos con problemas renales. Sin embargo, es posible que algunas personas beban una cantidad excesiva de agua, lo cual puede tener consecuencias graves. Un ejemplo extremo de esto se registró recientemente en una mujer de 35 años de Indiana (Estados Unidos), madre de dos hijos, que falleció después de beber demasiada agua. Según los informes, estaba "gravemente deshidratada" después de un día de navegación y bebió cuatro botellas de agua en 20 minutos (casi dos litros), lo cual superaba la capacidad de absorción de su cuerpo, resultando en toxicidad por agua y la inflamación del cerebro, que interrumpió su propio suministro de sangre y llevó a su fallecimiento.
Cuando se experimenta un día caluroso, es posible notar que los vasos sanguíneos parecen más visibles en la superficie de la piel o incluso sentir que los brazos están hinchados. Este fenómeno se debe a que el hipotálamo, la parte del cerebro encargada de regular la temperatura corporal para mantenerla en un estado constante, aumenta la cantidad de humedad que se envía al torrente sanguíneo. Esto ayuda a enfriar la superficie del cuerpo mediante el proceso de sudoración.
Es importante estar consciente de las señales de nuestro cuerpo y del entorno en situaciones de calor extremo. Por ejemplo, si dejas de sudar, es una señal preocupante, ya que indica que el cuerpo está reteniendo líquidos para mantener el flujo sanguíneo hacia los músculos.
A nivel celular, una reducción significativa en la ingesta de agua (y un aumento en la pérdida a través del sudor) desencadena una alarma de calor enviada por la glándula del hipotálamo en el cerebro. La primera señal va hacia los riñones, que reciben la orden de dejar de extraer agua de la sangre. El resultado final de este proceso y una señal de problemas es la micción infrecuente.
La disminución de los niveles de agua en la sangre conduce a una caída en la presión arterial y un aumento en la frecuencia cardíaca. En todo momento, el cuerpo hace todo lo posible para minimizar la pérdida de líquido.
Si la temperatura interna del cuerpo comienza a aumentar porque no puede enfriarse adecuadamente, beber agua en ese momento no será efectivo, según advierte Beaumont. En su lugar, se deben tomar medidas inmediatas para enfriar la superficie del cuerpo utilizando paños húmedos, compresas frías y bolsas de hielo. En algunos casos extremos, las salas de urgencias incluso han utilizado bolsas para cadáveres llenas de hielo para tratar a las personas afectadas por el calor.
Si se experimenta una deshidratación leve sin los síntomas mencionados anteriormente, se recomienda descansar en un lugar sombreado o con aire acondicionado, tomar una ducha o usar un paño húmedo para enfriar el cuerpo y beber agua lentamente, ya sea sola o con electrolitos. Es importante evitar beber grandes cantidades de agua de una sola vez, ya que esto podría empeorar el desequilibrio de electrolitos en el organismo y ser perjudicial para el estómago.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2023/09/hidratacion-beneficios-beber-agua-correctamente-salvar-vida
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