La ONU celebra una cumbre climática marcada por la incertidumbre, mientras expertos advierten del aumento de la producción global de petróleo, gas y carbón.
El Acuerdo de París, firmado en diciembre de 2015 en París, cumple 10 años. La expansión de las energías renovables y la movilidad eléctrica es la mejor noticia de la última década, pero su ritmo no basta para reemplazar a los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático. Los gobiernos continúan subsidiando la extracción de petróleo, gas y carbón, y un informe reciente señala que la producción prevista superará ampliamente los niveles compatibles con mantener el calentamiento entre 1,5 y 2 °C respecto a la era preindustrial, la meta central del Acuerdo.
El Informe de la Brecha de Producción 2025 se presenta durante la semana del clima en Nueva York, organizada en el marco de la Asamblea General de la ONU. El secretario general António Guterres convocó una cumbre climática el miércoles, con la participación de alrededor de 110 países, aunque solo unos 40 enviarán jefes de Estado. Naciones Unidas había solicitado que los casi 200 firmantes del Acuerdo presentaran ya sus nuevos planes climáticos hasta 2035, conocidos como NDC (contribuciones determinadas a nivel nacional), que reflejan los recortes de gases de efecto invernadero prometidos por cada país.
Se espera que China presente su NDC esta semana, aunque aún no se sabe cuán ambicioso será. Por su parte, la división interna de la Unión Europea ha impedido completar su propuesta, acudiendo solo con una “declaración de intenciones”, lo que disminuye su credibilidad. El papel de China y la UE es crucial en un contexto de debilitamiento del multilateralismo y con Estados Unidos adoptando posiciones negacionistas del cambio climático.
Para cumplir los objetivos de reducción de emisiones, es indispensable reducir el uso de combustibles fósiles. Una década después de París, las señales de los gobiernos siguen siendo insuficientes. Según el Informe de la Brecha de Producción 2025, elaborado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, Climate Analytics y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, la senda actual no permite cumplir con los objetivos. Para 2030, la producción proyectada de combustibles fósiles superará en un 120 % lo compatible con limitar el calentamiento a 1,5 °C y en un 77 % lo necesario para mantenerlo por debajo de 2 °C.
El estudio analizó los planes de producción de los próximos años y estimó las emisiones que generarán al quemarse, comparándolas con las trayectorias necesarias para cumplir las metas de 1,5 y 2 °C. La brecha con respecto a las proyecciones de 2023 se ha ampliado: los países productores planean extraer más combustibles en 2030 que hace dos años, a pesar de que en la COP28 de Dubái, los 200 firmantes se comprometieron a alejarse de los fósiles.
“En 2023, los gobiernos reconocieron la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, respaldada por la Corte Internacional de Justicia”, explica Derik Broekhoff, coordinador del informe. “Pero nuestro estudio muestra que, aunque muchos países se comprometen con la transición energética, otros siguen planificando incluso más producción que hace dos años”.
Para 2050, las previsiones indican una caída en la extracción de carbón, pero un aumento en petróleo y gas. La producción total proyectada seguirá siendo 4,5 veces superior a lo compatible con 1,5 °C y 2,5 veces superior a la necesaria para 2 °C, lo que socava los compromisos del Acuerdo de París y la expectativa de alcanzar el pico de demanda de fósiles antes de 2030.
El informe se centró en 20 de los mayores productores globales, responsables del 80 % del petróleo, gas y carbón: China, EE. UU., Rusia, Indonesia, Arabia Saudí, India, Australia, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Sudáfrica, Noruega, Brasil, Kazajstán, Kuwait, México, Colombia, Nigeria, Reino Unido y Alemania. Diecisiete de ellos planean aumentar al menos un combustible fósil hasta 2030.
Entre los aspectos positivos, seis países desarrollan ahora una producción compatible con los objetivos de cero emisiones netas, frente a cuatro en 2023. Sin embargo, todos mantienen apoyo financiero y político sustancial a la industria fósil mediante subsidios y medidas fiscales que incentivan su crecimiento.
En la cumbre de Nueva York, cada firmante debía presentar sus NDC hasta 2035. Solo 40 países han cumplido, y se espera que China participe activamente, con la asistencia del presidente Xi Jinping. La UE, debido a divisiones internas, solo presentó una declaración de intenciones, con recortes previstos entre 66,3 % y 72,5 % respecto a 1990, esperando completar su NDC para la COP30 en Belém.
Simon Stiell, secretario general de cambio climático de la ONU, subraya que “si los objetivos europeos se cumplen a gran escala, la UE puede consolidarse como líder mundial en acción climática y energía limpia, con beneficios económicos importantes”.
Expertos destacan que retrasos y falta de claridad en las NDC de China, EE. UU. e India, así como de Indonesia, generan un panorama desalentador. La vuelta de Donald Trump implicará la salida formal de EE. UU. del Acuerdo de París y obstaculiza la transición hacia energías limpias y movilidad eléctrica, que actualmente lidera China.
En paralelo, la Asamblea General abordará la protección del océano. Tras la adopción del tratado de alta mar en 2023, que requiere 60 ratificaciones para entrar en vigor, el acuerdo será efectivo el 17 de enero. Este tratado permitirá crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales, aunque enfrenta la oposición de Estados Unidos, que busca explotar sus recursos sin considerar daños al patrimonio común.
Fuente: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2025-09-22/las-previsiones-de-produccion-de-combustibles-alejan-al-mundo-del-acuerdo-de-paris-10-anos-despues-de-su-firma.html

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