miércoles, 5 de julio de 2023

James Cameron y Bob Ballard hablan de lo que podemos aprender de la tragedia del Titán

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Los exploradores de National Geographic, James Cameron y Bob Ballard, quienes han dedicado la mayor parte de su tiempo a explorar y documentar el Titanic, han compartido sus reacciones inmediatas en una entrevista exclusiva después de conocerse el hallazgo de los restos del sumergible Titán en el fondo marino. Ambos exploradores son reconocidos por su experiencia en las profundidades y tienen perspectivas interesantes sobre el tema.


Cameron, famoso por dirigir la película Titanic, opina que como explorador, se puede planificar y anticipar los riesgos, evitando dañar cosas valiosas en el proceso. "No hay nada de malo en moverse rápido y romper cosas siempre que lo que rompas no sea un sumergible", comenta con un toque de humor. Él cree en la importancia de minimizar los riesgos y abordar los desafíos de manera cuidadosa y responsable.


Ambos exploradores tienen una visión similar en cuanto a la planificación y la mitigación de los riesgos en sus expediciones. Consideran que es fundamental estar preparados y tomar precauciones para evitar cualquier incidente grave. Su experiencia y dedicación en el campo de la exploración submarina les han brindado una perspectiva única sobre los desafíos y la importancia de la seguridad en estas misiones.


El riesgo


Tanto Cameron como Ballard coinciden en que la tragedia del Titán fue el resultado de fallas en la ingeniería y la normativa. Enfatizan que los vehículos submarinos utilizados en la exploración científica se someten a rigurosas pruebas respaldadas por sistemas de gestión de riesgos, incluyendo la presencia de vehículos de apoyo que pueden intervenir en caso de emergencia.


Cameron enfatiza la importancia de contar con otro vehículo a bordo, incluso si es controlado a distancia, especialmente al llevar pasajeros a las profundidades del océano, como en el caso del Titanic. Este vehículo adicional serviría como respaldo en caso de problemas durante la expedición.


Ballard destaca los riesgos únicos asociados con la exploración de naufragios, como la posibilidad de enredarse en redes y cables de pesca, así como los peligros de las ventilaciones hidrotermales. Él expresa su preocupación por bucear en un pecio, ya que implica desafíos imprevistos.


Cameron está de acuerdo con esta perspectiva y reconoce que los naufragios son inherentemente peligrosos. Aunque no se puede evitar la exploración, también es importante no subestimar los riesgos involucrados. Comparándolo con un simple viaje en coche a la oficina, Cameron resalta que la exploración de naufragios requiere un enfoque más cuidadoso y consciente del riesgo.


La normativa


A diferencia de las embarcaciones convencionales de acero o titanio, el sumergible Titan de OceanGate es un caso inusual desde el punto de vista de la ingeniería, ya que está fabricado con un compuesto de fibra de carbono y titanio. Además, Stockton Rush, CEO de OceanGate, decidió prescindir de la certificación tradicional requerida por la industria.


Cameron destaca que si bien puede ser aceptable moverse rápidamente y romper cosas en ciertos contextos, no es recomendable cuando se trata de un sumergible, especialmente cuando se encuentra a la profundidad del Titanic, a casi 4000 metros bajo la superficie del mar.


Por su parte, Ballard expresa su preferencia por el titanio y los sumergibles que Cameron está construyendo, los cuales cuentan con cascos de titanio. Él menciona haber realizado numerosas pruebas en ausencia de personas dentro de estos sumergibles antes de utilizarlos.


En resumen, Cameron y Ballard muestran preferencia por los sumergibles fabricados con titanio y destacan la importancia de la seguridad y las pruebas exhaustivas en este tipo de embarcaciones antes de su uso en expediciones a grandes profundidades.


Robots


Los famosos exploradores mantuvieron un intenso debate sobre si todavía existe espacio para la exploración científica humana de las profundidades oceánicas extremas, o si la tecnología actual nos permite llevar a cabo estas expediciones sin arriesgar vidas humanas.


Ballard elogió los avances de la exploración robótica, como los vehículos teledirigidos y submarinos autónomos, que ofrecen la posibilidad de explorar sin limitaciones de tiempo impuestas por los humanos. Señaló que cuando regresó al Titanic en 2004, pasó literalmente tres días en el lugar, pero a través de la visualización en un monitor de vídeo desde un vehículo a 3.5 kilómetros de profundidad.


Cameron, por otro lado, defendió la importancia de presenciar personalmente la exploración. Expresó su preferencia por ver las cosas con sus propios ojos, incluso en el contexto de la exploración submarina. Afirmó que cree en el valor de que un ser humano sea testigo de estos descubrimientos, y mencionó que su enfoque no se basa en aspectos técnicos o científicos, sino en una perspectiva poética y emocional.


En resumen, ambos exploradores tienen opiniones divergentes sobre el papel de la exploración humana y la tecnología en las profundidades oceánicas, con Ballard apreciando los avances robóticos y Cameron valorando la experiencia personal y la conexión emocional con las exploraciones submarinas.


¿Cuál es la lección?


Ambos exploradores de National Geographic resaltan que el incidente del Titán es una situación excepcional y no representa la meticulosa consideración que los científicos aplican en sus esfuerzos de investigación.


Cameron plantea la pregunta: "¿Cuál es la lección del Titanic?" y enfatiza la importancia de prestar atención a las advertencias y evitar que la codicia y la arrogancia anulen el buen juicio. Menciona que el capitán del Titanic, a pesar de ser experimentado y respetado, ignoró las advertencias y navegó a toda velocidad hacia un campo de hielo en una noche sin luna, resultando en la pérdida de 1500 vidas. Esa es la lección que se debe aprender.


Ballard está de acuerdo con esta perspectiva y añade que si no se estudia la historia, se está destinado a repetirla. Enfatiza la importancia de aprender de los errores pasados para evitar cometerlos nuevamente en el futuro.


Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2023/06/james-cameron-bob-ballard-que-podemos-aprender-desastre-titan


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