miércoles, 5 de julio de 2023

Bicicletas eléctricas: la nueva fiebre en Estados Unidos

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La demanda de bicicletas eléctricas en Estados Unidos ha experimentado un crecimiento notable en tan solo un año, ya que los usuarios buscan opciones de transporte accesibles y asequibles. Si estás considerando adquirir una bicicleta eléctrica, aquí tienes algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta.


La popularidad de las bicicletas eléctricas, también conocidas como e-bikes, ha quedado demostrada a través de las cifras de ventas en países como España, donde se registran alrededor de 200,000 ventas anuales. En Estados Unidos, en 2021 se vendieron más de 880,000 bicicletas eléctricas, superando las ventas de 608,000 automóviles y furgonetas eléctricas. Comparado con el año 2020, cuando se vendieron 450,000 bicicletas eléctricas, el aumento es significativo. Aunque en España solo tres comunidades autónomas ofrecen algún tipo de ayuda económica para la compra de una e-bike, la situación en Estados Unidos es diferente.


En este país, muchas ciudades, condados y estados han implementado programas de reembolso para bicicletas eléctricas en respuesta a la creciente demanda. A medida que las personas buscan opciones de transporte más sostenibles y accesibles, surge la pregunta de si las bicicletas eléctricas son la solución.


Jennifer Dill, del Centro de Investigación y Educación sobre el Transporte (TREC) de la Universidad Estatal de Portland, señala que a la gente le resulta divertido utilizarlas, y destaca la importancia de no subestimar el impacto motivador.



El funcionamiento de una bicicleta eléctrica se basa en los mismos principios que una bicicleta convencional, con componentes como el cuadro, el asiento, el manillar y las ruedas. Sin embargo, se diferencian en su potencia y velocidad.


Mientras que en una bicicleta no eléctrica la velocidad depende de la fuerza y resistencia física del ciclista, en una bicicleta eléctrica se utiliza una batería que le proporciona energía adicional. Algunos modelos cuentan con un sistema de pedaleo asistido, donde un motor amplifica la potencia de pedaleo del ciclista, mientras que otros tienen un acelerador y no requieren pedalear. La velocidad máxima que puede alcanzar una bicicleta eléctrica es de hasta 45 kilómetros por hora, similar a la de un ciclomotor.


Wake Gregg, fundador de The eBike Store en Portland (Oregón), destaca que una bicicleta eléctrica marca la diferencia en el trayecto hacia el trabajo en comparación con un automóvil.


Las bicicletas eléctricas pueden tener motores ubicados en el buje de la rueda o en la transmisión central de la bicicleta. Los motores de buje, colocados en la parte trasera de la bicicleta, son simples, duraderos y económicos, pero pueden ser menos eficientes a altas velocidades. Los motores de transmisión central, situados en el centro de la bicicleta, ofrecen una mayor gama de par y velocidad, pero suelen ser más costosos y requieren un mantenimiento más especializado.


Debido a que las bicicletas eléctricas pueden alcanzar velocidades más altas, es importante tomar precauciones adicionales de seguridad en comparación con las bicicletas convencionales.


"Te moverás más rápido de lo que los automóviles esperan. Es posible que no te vean", advierte Gregg. Al detenerse en semáforos o intersecciones, recomienda a los ciclistas que observen las ruedas delanteras de los vehículos cercanos o que estén frente a ellos para asegurarse de que no están girando en dirección al ciclista.


El alto costo de las bicicletas eléctricas seguras representa un gran obstáculo para muchos posibles compradores. En Estados Unidos, varias jurisdicciones están siguiendo el ejemplo de ciudades como Denver, que implementó un programa de reembolso de bicicletas eléctricas en 2022 para reducir los gastos. La llamada Ley de la e-bike propuesta busca proporcionar un crédito fiscal de 1500 dólares (aproximadamente 1400 euros) a nivel nacional para la compra de bicicletas eléctricas.


Las bicicletas eléctricas requieren menos esfuerzo físico en comparación con las bicicletas tradicionales. La asistencia al pedaleo puede motivar a los ciclistas a recorrer distancias más largas y con mayor frecuencia de lo que lo harían en una bicicleta convencional, lo que conduce a un aumento del ejercicio a largo plazo, según la investigación sobre el comportamiento de los ciclistas.


Esta característica hace que las bicicletas eléctricas sean una opción versátil para ciclistas de edad avanzada y personas con discapacidades que, de otra manera, tendrían dificultades para andar en bicicleta. Según la investigación, algunas mujeres eligen las bicicletas eléctricas porque les brindan una sensación de mayor seguridad.


En 2019, Shared Mobility Inc. (SMI), una organización sin fines de lucro que aboga por el transporte accesible y equitativo, se asoció con el National Aging and Disability Transportation Center (NADTC) para comprender mejor las necesidades de movilidad de los adultos mayores, las personas con discapacidad y los veteranos.


"Múltiples grupos de discusión revelaron una gran necesidad de opciones recreativas y de mejora de la calidad de vida", afirma Mitch LaRosa, Director de Desarrollo de SMI. "En última instancia, las bicicletas eléctricas brindan a las personas más confianza para salir a la calle y realizar actividades".


Después de recibir más de 3000 bicicletas eléctricas donadas por Uber Technologies en 2020, SMI colaboró con organizaciones comunitarias locales para poner a prueba bibliotecas gratuitas de bicicletas eléctricas en el East Side de Búfalo y en las cataratas del Niágara. El éxito de estas bibliotecas ha inspirado programas similares en ciudades como Los Ángeles.


Las bicicletas eléctricas desempeñan un papel crucial en el camino hacia la sostenibilidad. Al reemplazar los viajes en automóvil, una sola bicicleta eléctrica puede reducir las emisiones de CO2 en 225 kilogramos al año. Esto equivale a las emisiones generadas por un pasajero que vuele en clase turista desde Filadelfia a Chicago, una distancia comparable a la de Cádiz a Barcelona.


Según los expertos, el mayor desafío para una adopción masiva de bicicletas eléctricas es la infraestructura. La mayoría de las ciudades en Estados Unidos, especialmente los barrios de bajos ingresos y las comunidades afroamericanas, carecen de una planificación favorable para peatones, lo que resulta en calles inseguras para aquellos que no conducen automóviles.


"Necesitamos infraestructuras que brinden seguridad y hagan que los desplazamientos en bicicleta sean más seguros", afirma Dill.


La organización sin fines de lucro PeopleForBikes aboga por velocidades más seguras, carriles protegidos para bicicletas, reducción del tráfico y una planificación vial más inclusiva para que las ciudades sean más amigables con las bicicletas.


"Proporcionar una bicicleta eléctrica a alguien interesado en tenerla es una cosa", dice Ash Lovell, director de políticas y campañas de bicicletas eléctricas de la organización. "Pero hacer que alguien se sienta seguro y cómodo al circular por su entorno es otra cosa".


Lovell también destaca la necesidad de contar con almacenamiento público y estaciones de carga para bicicletas eléctricas. PeopleForBikes respalda una iniciativa del gobierno de Nueva York para convertir quioscos de prensa en estaciones de carga. Además, la organización lanzará una guía en agosto sobre cómo circular de manera más segura en bicicleta eléctrica.


Fuente: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2023/06/fiebre-bicicletas-electricas-estados-unidos

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