lunes, 15 de mayo de 2023

El plan de EEUU para disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) provenientes de las centrales eléctricas.

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El sector de generación de electricidad es responsable de aproximadamente una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos, convirtiéndose en el segundo sector más importante en términos de emisiones, después del transporte.

El gobierno liderado por Joe Biden ha revelado un plan para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las centrales eléctricas de gas y carbón a partir de 2030. Estas medidas son esperadas y forman parte de los compromisos climáticos de Estados Unidos.

Las nuevas regulaciones incluyen requisitos para que ciertas plantas de energía térmica a base de carbón capturen la mayoría de sus emisiones de CO2 en lugar de liberarlas a la atmósfera. Si estas medidas se implementan, serán las primeras restricciones de este tipo impuestas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) a las plantas existentes.

La generación de electricidad en el país representa alrededor de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en el segundo sector más grande en términos de emisiones, después del transporte.

El jueves, Michael Regan, el jefe de la EPA, anunció estas medidas, destacando que los estadounidenses están experimentando los impactos devastadores del cambio climático en todo el país. Es probable que estas medidas sean objeto de impugnación legal, como sucedió durante la presidencia de Barack Obama.

La nueva regulación tiene el potencial de evitar la emisión de más de 600 millones de toneladas de carbono para el año 2042, lo que equivale a las emisiones de todos los vehículos en Estados Unidos durante seis meses. Según la EPA, este impacto sería "insignificante" en términos de los precios de la electricidad.

La agencia se basa principalmente en técnicas de captura y almacenamiento de CO2, que aún no están ampliamente implementadas y son costosas. El gobierno está apostando por su desarrollo, habiendo logrado el año pasado la aprobación de la Ley de Infraestructura de Reconciliación y Avance (IRA), que otorga mayores beneficios fiscales a las centrales eléctricas que utilizan estas tecnologías.

De acuerdo con la nueva normativa, las plantas de energía térmica a base de carbón que tengan planes de operar más allá de 2040 deberán implementar tecnologías que permitan capturar el 90% del CO2 emitido a partir de 2030.

Por otra parte, no se imponen restricciones a las centrales eléctricas de carbón que se retiren antes de 2032, ni siquiera a aquellas que operen a menos del 20% de su capacidad para 2035.
En el caso de las centrales eléctricas de gas, las más grandes deberán capturar al menos el 90% de sus emisiones de CO2 para 2035, o utilizar hidrógeno con bajo contenido de carbono al 30% para 2032 y al 96% para 2038.

El titular de la EPA, Michael Regan, aseguró que estas propuestas están totalmente alineadas con los compromisos del presidente Biden, quien se comprometió a lograr una producción de electricidad neutral en carbono a partir de 2035. Estas medidas forman parte de una serie de acciones, según afirmó Regan.

En 2015, el expresidente Obama anunció un plan para reducir las emisiones de CO2 de las centrales eléctricas, pero fue bloqueado antes de su implementación.

La Corte Suprema emitió un fallo que limitó la capacidad de acción de la EPA el año pasado, indicando que las reglas generales que obligaran a una transición del carbón a otras fuentes de energía excedían la autoridad de la agencia.

Para superar este obstáculo, la EPA ha propuesto reglas personalizadas según el tipo de central eléctrica, su nivel de uso e incluso su fecha de cierre.

El titular de la EPA, Michael Regan, aseguró que las medidas anunciadas el jueves se ajustan a los límites establecidos por la Ley del Aire Limpio (Clear Air Act), la principal ley federal de calidad del aire en Estados Unidos.

Antes de su implementación definitiva, las nuevas regulaciones estarán sujetas a un período de debate público.
Existen técnicas para reducir las emisiones de las centrales eléctricas que aún no se han divulgado públicamente.

Según Dan Lashof, de la organización no gubernamental WRI, estas medidas demuestran que se ha acabado la era de la contaminación ilimitada de las centrales eléctricas. Julie McNamara, científica del grupo UCS, también considera que estas medidas representan un punto de inflexión. Sin embargo, ambos lamentan que la propuesta no haya ido más allá en términos de las centrales eléctricas de gas.Las técnicas de captura y almacenamiento de carbono (CCS) han recibido críticas de varios grupos ecologistas.

Según miembros de la Climate Justice Alliance, un colectivo de más de 70 organizaciones ambientales que promueven la sostenibilidad, el CCS es una "distracción" que utiliza tecnologías "no probadas" y representa una "estafa costosa".
Actualmente, la Agencia Internacional de Energía estima que solo existen alrededor de 35 instalaciones de captura y almacenamiento de CO2 en todo el mundo, utilizadas principalmente en procesos industriales o generación de electricidad.

La National Mining Association, que representa a la industria, señaló que si bien la captura de carbono es importante para el futuro, exigir su implementación antes de que la tecnología se haya demostrado plenamente en términos técnicos y económicos es simplemente un espectáculo.
Durante la última década, se ha producido el cierre de una cantidad significativa de centrales eléctricas de carbón.

Según la Agencia de Información Energética de Estados Unidos, en 2022, aproximadamente el 60% de la generación de electricidad en el país provenía de centrales eléctricas de gas (40%) o carbón (20%). El restante se distribuyó entre fuentes de energía renovable (21.5%) y nuclear (18%).


Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Gobierno-de-EU-anuncia-un-plan-para-reducir-las-emisiones-de-CO2-de-centrales-electricas-20230511-0060.html

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