jueves, 5 de diciembre de 2019

CO2 como alimento de bacteria

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Científicos israelíes transforman una bacteria del intestino para que se alimente de CO2. El objetivo final de los investigadores es crear factorías biológicas que conviertan el gas responsable del cambio climático en comida y combustibles.

El científico israelí Ron Milo tiene un ambiciosísimo proyecto que es el producir alimentos de manera sostenible, generar combustibles renovables y eliminar el CO2 de la atmósfera para frenar así el cambio climático. Lo que quiere conseguir todo a la vez y su equipo acaba de dar un salto hacia ese triple objetivo. Los investigadores, del instituto Weizmann de Ciencias, en Rejovot, han manipulado una bacteria para que, en lugar de consumir azúcar, absorba CO2, el principal gas responsable del calentamiento global. Es la primera vez que se transforma el modo de crecimiento de un microbio.

Bacteria E. coli en condiciones normales, esta es un organismo heterótrofo, incapaz de elaborar su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas. A partir del azúcar, la bacteria genera energía y materia orgánica y expulsa CO2 las modificaciones que sufriría la bacteria sería gracias a la ingeniería genética donde la evolución dirigida en el laboratorio en un ambiente de elevado CO2 y pocos azúcares.

Bacteria E. coli modificada es un organismo autótrofo, capaz de elaborar su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas como hacen las plantas. Esta se consiguió a partir de energía y CO2, sin necesidad de azúcar, la bacteria generase materia orgánica, pero sigue expulsando CO2.

Ellos tienen planeado para el futuro convertirlo a escala industrial, esto a partir de energía renovable y CO2, la bacteria generará materia orgánica y otros subproductos como el etanol y el butanol, útiles para fabricar combustibles.

Los investigadores han logrado que la bacteria fije CO2, pero ese proceso requiere energía y las fuentes energéticas utilizadas que son los formiatos se convierten a su vez en CO2. La bacteria, de hecho, produce más CO2 de lo que consume. Sin embargo, en el futuro, los formiatos utilizados industrialmente podrían producirse a partir de electricidad de origen renovable y CO2 atmosférico.


Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/27/ciencia/1574876167_447887.html

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