jueves, 14 de noviembre de 2019

Soluciones domésticas para huella de carbono

Share

Desplazarnos al trabajo en coche, viajar en avión, imprimir un informe, encender las luces en casa... nuestros gestos más cotidianos conllevan la emisión diaria de gases de efecto invernadero. Si las sumáramos todas obtendríamos nuestra huella de carbono, es decir, una medida del impacto que nuestras actividades tienen en el medio ambiente, en particular en el cambio climático.

El análisis de la huella de carbono permite conocer y decidir qué comprar o modificar los hábitos y estilo de vida, en base a la cantidad de emisiones de CO2 generadas. Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad, mediante pequeños cambios en nuestros hábitos diarios, de contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el cambio climático a la vez que ahorramos en la factura energética.

La inquietud por el cambio climático y la actitud proactiva para minimizar sus efectos se generaliza y toma protagonismo a título individual. Las nuevas formas de pensar y estar se materializan en otra manera de concebir la vivienda y las rutinas hogareñas. Y, en el centro, las energías renovables para ahorrar algo de dinero y CO2. Quien no se plantea el cambio a una casa más sostenible, intenta al menos tunear la que tiene.

El catálogo de dispositivos y soluciones verdes para el particular es amplía y barata, desde un kit solar móvil de bolsillo, hasta una instalación de autoconsumo, también se encuentran las aerotermia y geotermia, que permiten resolver la calefacción, refrigeración y agua con una sola instalación. El reto de aquí es priorizar la eficiencia y frenar la confusión que existe, no solo se trata de poner paneles solares sin más.

Todos los días tenemos que desplazarnos desde nuestra casa hasta el trabajo. La forma en la que realizamos estos desplazamientos puede influir en el cambio climático.Utilizar el autobús en trayectos cortos de ciudad equivale a emitir la tercera parte que un automóvil de tamaño medio de gasolina. Las emisiones de gases de efecto invernadero que generará al ir y volver de su trabajo pueden ser hasta 4 veces menores si en vez de ir en coche se hace en transporte público. También se puede optar por el carpooling que consiste en compartir un único coche privado en otras personas que realizan trayectos similares al nuestro.

Hacer ejericio. Andar y usar la bicicleta, la distancia media de desplazamientos por las ciudades es de unos 6 Km, trayecto que se puede recorrer en bicicleta, sobre todo si se dispone de una buena red de carril de bici. Un ciclista evita al año la misma cantidad de emisiones de CO2 que genera un vuelo. Si, a pesar de todo, hay que agarrar el coche, conducir de forma eficiente.

Toda actividad humana, genera una gran cantidad de residuos, a lo que se encuentra asociada la emisión de gases de efecto invernadero. Además, muchos residuos poseen valor como materia prima para la obtención de nuevos productos, evitando así el consumo de recursos naturales.

Toda actividad humana, genera una gran cantidad de residuos, a lo que se encuentra asociada la emisión de gases de efecto invernadero. Además, muchos residuos poseen valor como materia prima para la obtención de nuevos productos, evitando así el consumo de recursos naturales. Su no aprovechamiento también genera de manera indirecta emisiones de gases de efecto invernadero. Por este motivo segregar la basura orgánica, el vidrio, el papel y el cartón y otros envases en sus contenedores específicos, permite ahorrar importantes cantidades de energía y reducir las emisiones estos gases.

Fuentes:
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/11/05/companias/1572950072_639897.html

0 comentarios:

Publicar un comentario