El crecimiento vertiginoso de la agroindustria del aguacate en Michoacán no solo ha impulsado la economía local y posicionado a México como el principal exportador global, sino que también ha captado la atención de los grupos criminales.
Desde hace años, estos grupos han encontrado en el aguacate una fuente constante de ganancias. Lo que comenzó como un cobro por kilo cosechado o por cada camión cargado, se transformó en un esquema de control violento y sistemático.
Hoy, el riesgo va mucho más allá de los productores. Pero, ¿qué papel juegan los cárteles en este negocio? Aquí te lo contamos.
El auge aguacatero y el arribo del narco
El éxito mundial del aguacate está envuelto en una red de extorsiones, amenazas y dominio territorial ejercido por los cárteles.
Cobros forzosos, despojos de tierras fértiles y violencia sistemática son algunas de las formas en que estas organizaciones han hecho del aguacate un negocio tan rentable como el de las drogas.
Productores atemorizados, autodefensas debilitadas y autoridades sin control muestran la cruda realidad detrás del guacamole que se consume tanto en México como en el extranjero.
Entonces, ¿cómo comenzaron los cárteles a involucrarse?
La creciente demanda podría verse afectada si EE. UU. impone aranceles, lo que obligaría a buscar nuevos destinos para la exportación.
Según un informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GITOC, por sus siglas en inglés) publicado en enero de 2024, la entrada del crimen organizado en el cultivo de aguacate se dio principalmente como una estrategia para lavar dinero.
Durante los 80 y 90, Michoacán se convirtió en una zona clave para el tráfico de drogas: importación, producción y distribución.
"Los capos, al centralizar operaciones complejas, buscaron respaldo político. Con capital acumulado, se infiltraron en sectores económicos legítimos, impusieron sus reglas y tomaron control de recursos públicos", señala el documento.
Fue así como, a principios del 2000, comenzaron los primeros actos de violencia contra productores y dueños de tierras por parte de Los Zetas.
Las organizaciones criminales detrás del aguacate
El informe identifica a Los Zetas como pioneros en extorsionar a productores de aguacate en Michoacán.
Posteriormente, La Familia Michoacana intentó desplazar a Los Zetas y unificar a productores y traficantes locales, aunque con fines de control propio.
"En 2009, los líderes de La Familia reunieron a productores con huertas mayores a cinco hectáreas. Usaron registros oficiales obtenidos de la Secretaría de Agricultura estatal. El objetivo: establecer cuotas de ‘protección’”, documenta el informe.
Así inició el modelo de extorsión y cobro de piso que luego adoptaron Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La operación del CJNG y la industria capturada
Hoy, los cárteles actúan como gobiernos paralelos en la industria: controlan la producción, transporte, empaque y hasta las rutas comerciales.
El crecimiento de huertas también se ha traducido en despojos sistemáticos y daños ambientales.
En varias zonas, ejidatarios han sido forzados a vender sus tierras o han sido desplazados para que sus parcelas sean ocupadas. Luego, estas se destinan al cultivo de aguacate, registradas a nombre de terceros o empresas fantasma.
Un método recurrente para legalizar el cambio de uso de suelo es la quema intencional de bosques. Incendios “casuales” en áreas protegidas abren paso a reforestaciones... con aguacates.
El impacto ambiental del aguacate ligado al narco
Según GITOC, al comparar mapas de Michoacán de 1992 y 2018, se nota una conversión masiva de bosques en terrenos agrícolas, sobre todo en los municipios aguacateros.
Esto no solo tiene efectos sociales, sino también hídricos y ecológicos.
En 2019, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad advirtió que la deforestación ilegal amenazaba el hábitat de la mariposa monarca al destruir los bosques de oyamel donde hiberna.
Consecuencias de la intervención del narco en el aguacate
- Violencia en las comunidadesLos intentos por controlar todas las etapas del negocio han derivado en disputas armadas, asesinatos y desplazamientos forzados.
- Incremento en el precio del productoLas cuotas, extorsiones y sobornos impuestos por los criminales elevan el costo final del aguacate.
- Graves daños ambientalesLa deforestación, el agotamiento de fuentes de agua y la pérdida de biodiversidad generan consecuencias climáticas irreversibles para el país.
Fuente: https://www.milenio.com/policia/narcotrafico/carteles-de-drogas-asi-afectan-produccion-aguacate-y-medio-ambiente
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