martes, 9 de abril de 2024

Detener la deforestación sigue siendo posible

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Durante las últimas cinco décadas, hemos sido testigos del mayor declive en la historia de la deforestación a nivel mundial, con un devastador 15 por ciento de la cubierta vegetal global desaparecida, equivalente al área combinada de España, Portugal y Francia.

Solo en los últimos 13 años, la implacable deforestación ha arrasado 43 millones de hectáreas en todo el mundo, eliminando bosques y selvas a gran escala y causando daños significativos en la calidad del suelo. A pesar de que los bosques aún cubren alrededor del 30 por ciento de las áreas del planeta, extensiones del tamaño de Panamá desaparecen de manera inevitable cada año, según revela el informe "Frentes de deforestación; causas y respuestas en un mundo cambiante" publicado por la ONG WWF en 2021. Este estudio analiza 24 áreas con una concentración significativa de puntos críticos de deforestación, donde vastas extensiones de bosque remanente están en peligro.


De acuerdo con la WWF, España es responsable de la deforestación de 32,900 hectáreas de selva cada año, y la Unión Europea contribuye con el 16 por ciento de la deforestación tropical importada, es decir, aquella que resulta de la tala de árboles fuera de sus fronteras. Si se mantiene el ritmo actual de deforestación, las selvas tropicales y los bosques pluviales podrían extinguirse completamente en 100 años. Un estudio de 2023, basado en datos satelitales de la Agencia Espacial Europea (ESA), reveló que el cambio climático, la degradación forestal y la deforestación están liberando grandes cantidades de carbono almacenado de vuelta a la atmósfera, especialmente en las zonas tropicales húmedas.


"Tenemos solo ocho años para alcanzar las metas globales de detener y revertir la deforestación antes de 2030. A pesar de las advertencias claras, ninguno de los indicadores globales está en camino de lograr las metas para 2030 de detener la pérdida y degradación de bosques y restaurar 350 millones de hectáreas de paisajes forestales", alertó en octubre de 2022 Forest Declaration Assessment, una organización civil que evalúa el progreso de los objetivos forestales globales, en su informe Evaluación de la Declaración sobre los Bosques. "Para detener completamente la deforestación antes de 2030, se requiere una reducción anual del 10 por ciento. Sin embargo, las tasas de deforestación en todo el mundo disminuyeron solo modestamente en 2021, un 6.3 por ciento, en comparación con el período base de 2018-20", continuó la organización en el resumen ejecutivo del informe.


Un estudio dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y el Instituto para la Investigación Espacial de Brasil (INPE), y publicado en marzo de 2023 en la revista Nature, reveló cómo los bosques degradados y el crecimiento de bosques secundarios en áreas previamente deforestadas están retirando al menos 107 millones de toneladas de carbono de la atmósfera anualmente a lo largo de los Trópicos.


Además, un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Forestal de Nanjing (China) en 2024 advierte que la deforestación amenaza la biodiversidad y el funcionamiento del suelo a escala global. "Sabemos que la deforestación afecta a la biodiversidad de plantas y animales, pero entendemos mucho menos cómo los cambios en los bosques nativos afectan a la biodiversidad y al funcionamiento del microbioma del suelo", señaló Manuel Delgado-Baquerizo, investigador del CSIC y autor principal del estudio, en un comunicado de prensa emitido por el CSIC.


Agricultura y ganadería

La mayoría de las causas de la deforestación están relacionadas con la necesidad económica de los agricultores para mantener a sus familias. La principal impulsora de la deforestación es la agricultura, con los agricultores talando bosques para expandir sus tierras de cultivo o pastoreo de ganado. Este proceso, conocido como "agricultura de roza y quema", involucra a numerosos pequeños agricultores que despejan hectáreas de bosque para satisfacer las necesidades alimentarias de sus familias.


El estudio de WWF identifica la agricultura comercial como una de las principales causas de la deforestación en todo el mundo, con grandes extensiones de bosques despejadas para dar paso a la ganadería y los cultivos. En América Latina, destaca la expansión de la ganadería y la agricultura a gran escala, principalmente de soja para alimentar al ganado en la industria alimentaria; en Asia, las plantaciones para la producción de pulpa de papel y aceite de palma; y en África, la agricultura de subsistencia es la principal responsable de la deforestación.


Otras contribuciones significativas a la deforestación provienen de las operaciones madereras comerciales, que proporcionan productos de madera y pulpa de papel al mercado mundial. Los leñadores, a menudo de manera ilegal, abren caminos para acceder a bosques cada vez más remotos, lo que resulta en una mayor deforestación. Además, los bosques y selvas también se ven amenazados por la expansión urbana continua.


La deforestación no solo afecta a la biodiversidad, sino que también contribuye al cambio climático. Los bosques desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de efecto invernadero, pero la pérdida de cubierta arbórea significa una mayor liberación de estos gases a la atmósfera, exacerbando el cambio climático.


Si bien detener la deforestación es esencial, las realidades financieras actuales dificultan esta tarea. Sin embargo, una gestión cuidadosa de los recursos vegetales, junto con la replantación de árboles jóvenes en áreas deforestadas, ofrece una solución viable. Aunque el número de nuevas plantaciones de árboles está aumentando, todavía representan una fracción insignificante del total de la cubierta forestal del planeta.



Fuente: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/deforestacion


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