Durante años, hemos sido testigos de titulares recurrentes sobre nuevos récords de calor en España y a nivel global. Cada verano parece superar al anterior en términos de temperaturas elevadas. En 2023, el verano alcanzó el récord de ser el más caluroso registrado en el planeta, y en 2022, octubre fue el cuarto más cálido en 113 años, según registros. Se estima que las temperaturas podrían aumentar entre 2,2 grados y 3,8 grados en 2040 y 2100, respectivamente, según un informe de más de 80 científicos de la red Mediterranean Experts on Climate and Environmental Change (MedECC).
En la COP28 de diciembre de 2023, se instó a "alejarse" de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5°C, un objetivo clave del Acuerdo de París de 2015. La conclusión de la reunión destacó la necesidad de eliminar progresivamente los combustibles fósiles, respaldada por una creciente coalición de países.
El deshielo de glaciares a un ritmo sin precedentes, el aumento del nivel del mar debido al derretimiento de hielo, la sequía en selvas y cambios en los ciclos vitales de la fauna y flora son manifestaciones evidentes del impacto del calentamiento global. Se pronostica un aumento generalizado de las temperaturas, eventos meteorológicos extremos, olas de calor, inundaciones, pérdida de cosechas y desplazamientos de población, entre otras consecuencias, poniendo al cambio climático en el centro de la agenda global debido a sus efectos a nivel mundial. La evidencia científica respalda que la actividad industrial humana, mediante la emisión de gases de efecto invernadero, es responsable en gran medida del calentamiento global del último siglo.
El "efecto invernadero" es la retención de calor que ocurre cuando ciertos gases atmosféricos retienen el calor, permitiendo la entrada de luz solar pero atrapando el calor, similar a las paredes de cristal de un invernadero. El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero más peligroso y prevalente, cuyos niveles han alcanzado máximos históricos debido a la quema de combustibles fósiles. Otros gases incluyen metano, óxido nitroso y gases industriales.
A lo largo de los años, las emisiones naturales y humanas de gases de efecto invernadero se equilibraron, manteniendo la estabilidad climática durante miles de años. Sin embargo, la actividad humana ha alterado este equilibrio, aumentando las concentraciones de gases de efecto invernadero y provocando un calentamiento rápido. El calentamiento global no solo implica un aumento de la temperatura media, sino también cambios en los patrones meteorológicos a largo plazo.
El cambio climático resultante presenta desafíos significativos para la vida en la Tierra, ya que algunos organismos no pueden adaptarse lo suficientemente rápido. Se observan impactos visibles, como la pérdida de poblaciones de pingüinos emperador debido a la pérdida de hielo marino en la región del mar de Bellingshausen.
El deshielo acelerado de capas de hielo en lugares como Groenlandia y la Antártida contribuye al aumento del nivel del mar, afectando a comunidades costeras. Además, el cambio climático da lugar a condiciones meteorológicas extremas, con tormentas más intensas, lluvias seguidas de sequías prolongadas y cambios en los hábitats animales.
El calentamiento global plantea una preocupación real debido a su rapidez, superando las fluctuaciones históricas y afectando a ecosistemas y comunidades humanas. La necesidad de soluciones para frenar este fenómeno y adaptarse a los cambios resulta crucial en la preservación del planeta que conocemos.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/que-es-el-calentamiento-global
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