Estos incendios, que se extendieron desde mayo hasta octubre, afectaron a 13 provincias y destruyeron aproximadamente el 4% de la superficie forestal del país. Según el informe anual del servicio de cambio climático europeo Copernicus, los más de 6,500 incendios en Canadá durante 2023 quemaron alrededor de 18.5 millones de hectáreas de bosque y generaron una cantidad récord de emisiones a la atmósfera, equivalente a 1,761 millones de toneladas de CO2.
Estos incendios comenzaron en mayo en Alberta y se propagaron por múltiples provincias, provocando la destrucción masiva de terrenos arbolados. El humo resultante alcanzó incluso áreas tan lejanas como Nueva York, Washington, gran parte de la costa este de Estados Unidos, y se extendió hasta las islas británicas y el sur de Europa.
La extensión de terreno quemado superó en 2.5 veces el récord anterior establecido en 2014, y las emisiones totales se calcularon siendo cinco veces más altas que el promedio de las últimas dos décadas. Estos incendios continuaron hasta octubre, alimentados por una prolongada sequía en las regiones de Ontario y British Columbia, además de temperaturas excepcionalmente altas para esa temporada del año.
El informe de Copernicus también resalta el incendio más grande registrado recientemente en el territorio de la UE, localizado en el norte de Grecia, donde se perdieron alrededor de 150,000 hectáreas este año, representando más del 1.1% del área total del país. En España, durante 2023, se quemaron 85,000 hectáreas, catalogado como el tercer peor año de la década, siguiendo al 2022 y al 2017.
Además de estos sucesos, durante el verano de 2023 se presentaron grandes incendios en Hawaii, Chile y la región siberiana de Rusia, con el humo alcanzando por primera vez el polo norte. Bolivia, afectada considerablemente por la deforestación, también experimentó un aumento significativo de incendios hacia finales de año, principalmente debido a la falta de lluvias y las altas temperaturas, aunque se reportaron numerosas detenciones por incendios presuntamente provocados.
Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/12/12/65786b57e9cf4a84418b45af.html
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