Conocido como A23a, este iceberg se desprendió de la costa antártica en 1986, quedando varado en el mar de Weddell poco después, casi como una isla de hielo de casi 4000 km2. Para ponerlo en perspectiva, su tamaño es similar al de las Islas Georgia del Sur y Sandwich del Sur, mientras que la isla Gran Malvina tiene una extensión cercana a los 4500 km2.
El año pasado, este coloso de hielo comenzó a moverse rápidamente y ahora está a punto de abandonar las aguas antárticas. Con unos 400 metros de grosor, supera en altura a varios edificios icónicos del mundo.
Originado como parte de un desprendimiento masivo de icebergs de la barrera de hielo Filchner en la Antártica, el A23a incluso albergó una estación de investigación soviética, demostrando su antigüedad.
Expertos como Andrew Fleming, de la British Antarctic Survey, señalan que después de casi 40 años encallado, el iceberg finalmente comenzó a moverse, posiblemente debido a la pérdida gradual de tamaño que le permitió desprenderse y desplazarse.
El desplazamiento del A23a se ha acelerado recientemente por efecto de vientos y corrientes, y ahora se dirige hacia el extremo norte de la Península Antártica, proyectándose hacia la corriente circumpolar antártica y, posiblemente, hacia el Atlántico Sur.
Sin embargo, su ruta, conocida como "el callejón de los icebergs", es similar a la aprovechada por el famoso explorador Ernest Shackleton en 1916 para escapar de la Antártica cuando su barco, el Endurance, se perdió. Esta trayectoria conduce a la región donde se avistan con frecuencia grandes icebergs cerca de Georgia del Sur.
A pesar de su tamaño impresionante, todos los icebergs están destinados a desaparecer al derretirse. Los científicos seguirán atentamente la evolución del A23a, ya que su llegada a tierra en Georgia del Sur podría alterar las rutas de millones de focas, pingüinos y aves marinas.
Aunque pueden representar peligros, los icebergs son también fuentes de nutrientes para la vida marina al liberar polvo mineral, esencial para la base de las cadenas alimenticias oceánicas. Esto les otorga un papel vital en el ecosistema, más allá de ser solo objetos impresionantes y potencialmente peligrosos.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/c4n8jg63pnvo
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