jueves, 7 de septiembre de 2023

La Inteligencia Artificial: Un Aliado para Abordar las Injusticias Climáticas y Reducir la Pobreza

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Los desafíos climáticos impulsan a 26 millones de personas hacia la pobreza cada año. La industria tecnológica tiene el potencial de proporcionar las herramientas necesarias para comprender, mitigar e incluso revertir los impactos del calentamiento global.

El cambio climático, sin duda, es la principal preocupación de nuestra era, pero sus consecuencias no se distribuyen equitativamente. Tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, las comunidades marginadas por motivos de raza, etnia, religión y pobreza enfrentan desproporcionadamente la degradación ambiental. A menudo, estas comunidades ya están lidiando con desigualdades sistémicas como la escasez de agua y una mayor exposición a la contaminación y condiciones climáticas extremas, agravadas por la crisis climática.



Según el Banco Mundial, los desastres climáticos empujan a 26 millones de personas hacia la pobreza cada año. Dado que muchas de estas personas dependen de la agricultura, un sector altamente sensible a las condiciones climáticas, es urgente que tengan acceso a recursos técnicos, financieros e institucionales para prepararse y responder a eventos climáticos extremos.


El sector tecnológico, con su capacidad para innovar en soluciones climáticas, tiene la oportunidad de proporcionar herramientas vitales para comprender, mitigar e incluso revertir los impactos perjudiciales del calentamiento global. Para abordar estas injusticias climáticas prolongadas, es esencial que estas empresas pongan a disposición de quienes se encuentran en la primera línea de la crisis climática las tecnologías más avanzadas y efectivas. Las herramientas impulsadas por la inteligencia artificial (IA) pueden ofrecer un acceso sin precedentes a pronósticos e información precisa, permitiendo que las comunidades aprendan y se adapten a los cambios climáticos en tiempo real. Por ejemplo, proyectos como la Deltares Aquality App, impulsada por IA, ayudan a los agricultores a evaluar y mejorar la calidad del agua. Como resultado, pueden practicar una agricultura más sostenible, prevenir la contaminación y proteger la biodiversidad.


La IA también puede ayudar a los pequeños agricultores a abordar otros desafíos, como los costos crecientes y la competencia desigual con productores más grandes que cuentan con tecnología avanzada. Además, puede proporcionar información precisa sobre las condiciones del suelo y la disponibilidad de agua, lo que les ayuda a resolver estos problemas.


Puede concebirse que las autoridades regionales de una nación en desarrollo utilicen un algoritmo de aprendizaje automático para prever el crecimiento demográfico futuro de una región y su consiguiente aumento en la demanda de energía, empleando datos en función del tiempo y la ubicación. Con este modelo, los responsables de la toma de decisiones podrían optimizar la infraestructura energética del país, direccionando el suministro hacia donde se necesite más.


La creación y disponibilidad de aplicaciones móviles y asistentes virtuales impulsados por la inteligencia artificial (IA) promueve la igualdad de acceso a datos y conocimientos técnicos. Al utilizar pronósticos meteorológicos precisos, técnicas agronómicas avanzadas, cálculos de huella de carbono y otras predicciones generadas por la IA, los pequeños agricultores pueden desarrollar una mayor resistencia al cambio climático y mejorar tanto la producción como los ingresos al adaptarse más rápidamente a las condiciones climáticas cambiantes y gestionar de manera más sostenible sus cultivos.


Sin embargo, simplemente proporcionar estas herramientas a las comunidades desfavorecidas no resolverá el problema: las aplicaciones por sí solas no son la solución a la injusticia climática. Para implementar con éxito las tecnologías basadas en la IA, las empresas tecnológicas deben estar dispuestas a compartir conocimientos con los usuarios, lo que incluye instrucciones sobre cómo realizar mediciones que generen datos, así como la capacidad de colaborar de manera independiente y recibir retroalimentación de los agricultores y otros usuarios. A medida que las empresas desarrollen soluciones de IA, también deberán respaldar a las empresas locales de tecnología y a los desarrolladores de aplicaciones, ya que están mejor posicionados para poner estas herramientas en práctica.


Más allá de aumentar el acceso a las nuevas herramientas impulsadas por la IA, la comunidad tecnológica, junto con organizaciones no gubernamentales, gobiernos y agencias internacionales, puede contribuir a construir un futuro equitativo y resistente para las comunidades marginadas al proporcionarles formación en habilidades técnicas y conocimientos necesarios para ocupar empleos verdes. Se prevé que, a medida que avance la transición hacia una economía mundial con bajas emisiones de carbono, la demanda de las llamadas 'habilidades verdes' superará la oferta. Preparar a los trabajadores para los empleos del futuro, junto con la adopción generalizada de nuevas tecnologías, fortalecerá la resiliencia climática, especialmente en las economías en desarrollo.


La responsabilidad de abordar las crecientes amenazas al medio ambiente recae en todos nosotros: individuos, empresas, organizaciones y gobiernos. En particular, las empresas tecnológicas deben destinar más recursos a la lucha contra el cambio climático. Esto implica invertir en el desarrollo e implementación de herramientas basadas en la IA y garantizar que quienes más las necesitan tengan acceso a ellas. Encontrar soluciones para el cambio climático y lograr la justicia ambiental depende de que el sector privado utilice su experiencia en beneficio de todos.


Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/visionary-voices/2023-09-04/justicia-ambiental-con-ayuda-de-la-inteligencia-artificial.html


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