martes, 5 de noviembre de 2019

El ahorro de agua es asunto de todos

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“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”- Leonardo Da Vinci.

Todos somos conscientes de la importancia del agua como elemento de vida y bien común para la supervivencia de los seres vivos que habitamos la Tierra. Sin lugar a dudas, el mayor beneficio que nos proporciona el agua, comúnmente llamado "oro azul", es el uso que hacemos de ella para hidratarnos. No obstante, el agua desempeña otros múltiples usos en nuestro día a día; usos en el riego de cosechas de agricultura de regadío, en las industrias, en el agua que utilizamos con fines domésticos (cocinar, asearnos y limpiar), etc. De esta forma, el agua se considera uno de los indicadores más importantes de salud pública de cualquier población.
Por otro lado, fuera del ecosistema antrópico, el agua es el estabilizador de la Tierra, ya que controla los climas y limpia la atmósfera de partículas contaminantes. También es considerado el disolvente universal por excelencia, pues en ella es posible solubilizar casi todas las sustancias y, por si fuera poco, también gracias al agua las plantas son capaces de absorber sus nutrientes.
El agua es la fuente de la vida y en este planeta una minúscula cantidad, menos del 1% del agua, está disponible para cerca de 7 billones de persona y una multitud de ecosistemas de agua dulce. Esa minúscula cantidad es la que tenemos que utilizar para cubrir todas nuestras necesidades, riego, industria, agua potable y servicios sanitarios y las necesidades de miles, sino millones, de otras especies con las que compartimos el planeta.
El estilo de vida del mexicano exige unos 6.800 litros diarios y el 70% de esa cantidad está destinado a sustentar nuestra alimentación. Si cada uno de nosotros aprendiera a conservar solo un poco más de agua, podríamos conseguir grandes ahorros. Deberíamos comenzar con estos sencillos cambios:
  • Elige un jardín exterior apropiado a tu clima. Las plantas y el césped autóctono que prosperan únicamente gracias al agua de lluvia son los mejores.
  •  Instale duchas de bajo caudal y para los grifos. Al ahorrar agua caliente, también reducirá su factura eléctrica.
  • Si está buscando un inodoro, compre uno de bajo volumen, ultra bajo volumen o con doble cisterna.
  • Arregle los grifos que goteen. Todas esas gotas desperdiciadas pueden llegar a alcanzar los 37-95 litros de agua al día.
  • Solo ponga en funcionamiento el lavavajillas y la lavadora cuando estén llenos. Cuando sea la hora de sustituirlos, compre un modelo que sea eficiente en cuanto al consumo de agua y energía. Recuerde que, ahorrando agua, ahorra energía y ahorrando energía, ahorra agua.
  • Coma un poco menos de carne, especialmente ternera. La fabricación de una hamburguesa normal puede requerir unos 2.300 litros.
  • Compre menos cosas. La fabricación de todas las cosas gasta agua. Así que, si compramos menos, reducimos nuestro consumo de agua.
  • Recicle el plástico, el vidrio, los metales y el papel. Compre productos reutilizables en lugar de productos de usar y tirar, ya que la fabricación de casi todo requiere agua.
  • Cierre el grifo mientras se cepilla los dientes y lava los platos. Recorte en un minuto o dos el tiempo que dedica a la ducha. Incluso las cosas más pequeñas pueden marcar la diferencia si las hacen millones de personas.

Además, para cuidar la calidad de las aguas también podemos hacer lo siguiente:

  1. Gastar menos jabones y suavizantes, o comprarlos libres de fosfatos. La mayoría de los jabones contienen fosfatos que aumentan la eutrofización de las aguas.
  2. Lavar la ropa en frío y también en la lavadora. La mayor parte de los tejidos actuales son sintéticos y tienen algún componente plástico, por lo que las altas temperaturas degradan el plástico y rompen el tejido, las fibras escapan por las cañerías y llegan a ríos y océanos aumentando la cantidad de plásticos en ellos.
  3. No tirar los productos de higiene femenina por el inodoro. Deben desecharse en la papelera pues contienen plástico, contienen material biológico que puede ser contaminante y también pueden obstruir las tuberías. Si no deseas gastar tanto plástico existen alternativas como la copa menstrual que está hecha de silicona natural es reutilizable y se puede esterilizar varias veces.
  4.  Evitar el uso de innecesario de medicamentos. No tomes antibióticos si no te los ha recetado el médico y evita el uso de antiinflamatorios y analgésicos si no es estrictamente necesario, como el ibuprofeno o paracetamol, ya que contaminan las aguas, aparte de ser más beneficioso para tu salud. Estudios científicos recientes han descubierto concentraciones alarmantes de antibióticos y medicamentos en cursos de agua naturales y efectos en organismos acuáticos. Para desinflamar y/o aliviar dolores leves o medios, puedes sustituirlos con terapias naturales basadas en plantas medicinales (busca fuentes de información fiables o especialistas) o técnicas de relajación y descanso.
  5. No comprar productos cosméticos que contengan microesferas de plásticos como pastas de dientes o exfoliantes. También existen exfoliantes ecológicos que contienen sal o piel de almendras que tienen el mismo efecto y no contaminan.
  6. Y, sobre todo, no tirar líquidos peligrosos y contaminantes por el fregadero, inodoro o directamente a los ríos como aceites, disolventes, pinturas o combustible. Los puntos limpios existen para deshacerte de estas sustancias de una forma más adecuada.


Entérese del origen del agua que bebe, el río, el lago o el acuífero que suministre a su hogar. Una vez que lo conozca, se preocupará por él. No querrá malgastar el agua.
Por todo ello, proteger y conservar el agua es de vital importancia, especialmente si tenemos en cuenta el grave conflicto de la escasez de agua.

Bibliografía
  • Agudelo, R. M. (2005) El agua, recurso estratégico del siglo XXI. Revista Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Volumen (23): 93-101.
  • Equipo de Redacción (19/03/2018) ONU: En 2050 cerca de 5.000 millones de personas vivirán en zonas con escasez de agua. Revista EFE: Verde, Foro Mundial del Agua.
  • Cabrera, E. (2002) ¿Cómo convivir con la escasez de agua? El caso de las Islas Canarias. Boletín Geológico y Minero, Madrid. Volumen 113 (3): 243-258.
  • Costa, C. et. al, (2005) El índice de escasez de agua: ¿un indicador de crisis o una alerta para orientar la gestión del recurso hídrico. Revista de Ingeniería, Universidad de los Andes. Volumen (22): 104-111.



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