lunes, 23 de junio de 2025

Brasil autoriza explotación de 19 bloques petroleros frente al delta del Amazonas

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 El gobierno brasileño adjudicó esta semana a varias empresas energéticas la explotación de 19 áreas petroleras marítimas ubicadas frente al delta del Amazonas, como parte de una subasta realizada por la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), que ofreció al mercado un total de 172 bloques. La administración de Luiz Inácio Lula da Silva celebró los resultados con entusiasmo, calificándolos como un “récord absoluto” en recaudación: se obtuvieron 989 millones de reales (cerca de 180 millones de dólares), el doble de lo anticipado, además de comprometer inversiones anuales por 1.450 millones de reales (más de 260 millones de dólares).

El comunicado oficial del Ministerio de Minas y Energía, marcado por un tono triunfalista, contrastó con las fuertes críticas de ambientalistas e indígenas, que se manifestaron frente al hotel en Río de Janeiro donde se celebró el evento, con pancartas que calificaban la jornada como la “subasta del Juicio Final”. La intención de abrir una nueva frontera petrolera en la costa norte de Brasil ha sido motivo de controversia desde hace años, pero la urgencia creció luego de que Guyana, país vecino, descubriera vastas reservas de petróleo que están transformando su economía.

Esta puja petrolera ha generado tensiones incluso dentro del propio gobierno brasileño. Mientras que Petrobras —la petrolera estatal— presiona para iniciar cuanto antes la explotación, todavía faltan autorizaciones ambientales claves. El propio presidente Lula ha criticado públicamente la demora en la entrega de esos permisos, señalando que el órgano regulador está “dando largas” al asunto.

El resultado de esta última subasta muestra que el Ejecutivo mantiene su estrategia de expansión hacia nuevas zonas de exploración, en momentos en que se proyecta el agotamiento de los campos del presal —los gigantescos yacimientos localizados a grandes profundidades en la costa sudeste del país— en los próximos años.

“Este resultado demuestra que vamos en la dirección correcta. Sostenibilidad también es desarrollo regional, combate a la desigualdad y generación de empleo”, declaró el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira. En el estado amazónico de Amapá, uno de los más marginados del país, las expectativas sobre los beneficios del petróleo son altas. De los 34 bloques que recibieron propuestas, algunos también están ubicados tierra adentro, en el estado de Mato Grosso, y grupos ambientalistas advierten que podrían afectar hasta seis territorios indígenas por su cercanía.

Petrobras lidera gran parte de las concesiones adjudicadas, junto con compañías internacionales como las estadounidenses Chevron y ExxonMobil, y la china CNPC. Está previsto que los contratos definitivos se firmen en octubre, poco antes de que Brasil reciba a líderes internacionales en la Cumbre del Clima COP30, que se celebrará precisamente en la ciudad amazónica de Belém do Pará, a unos cientos de kilómetros de los nuevos bloques petroleros.

Para Greenpeace Brasil, esta decisión envía un mensaje contradictorio. “En pleno año de la COP30, es insólito que la ANP quiera perforar la costa amazónica”, criticó Mariana Andrade, portavoz del programa de Océanos. Desde su perspectiva, en vez de ampliar zonas de extracción, Brasil debería estar definiendo un rumbo claro para abandonar progresivamente los combustibles fósiles. La ONG sostiene que el argumento de que el petróleo financiará la transición energética no se sostiene en la práctica, dado que las inversiones en energías limpias siguen siendo mínimas.

Lula ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de utilizar la COP30 como una plataforma para posicionar a Brasil como líder global en temas ambientales. De hecho, planea mostrar los avances en la reducción de la deforestación como ejemplo de compromiso climático. Esta misma semana, en la cumbre del G7 en Canadá, uno de sus principales objetivos fue asegurar la asistencia de jefes de Estado a la reunión de Belém. Sin embargo, el creciente descontento por la expansión petrolera amenaza con ensombrecer la cumbre.

Las protestas no se limitaron a Brasil. En Bonn, Alemania, donde se lleva a cabo una reunión preparatoria de la COP30, activistas desplegaron pancartas con mensajes dirigidos a Lula como: “No se lidera el clima con petróleo”. La contradicción entre el discurso ambiental del gobierno brasileño y su impulso al sector petrolero se ha vuelto cada vez más evidente ante la comunidad internacional.

Desde una perspectiva económica, el gobierno defiende que estas concesiones permitirán estimular regiones atrasadas y generar recursos para programas sociales. Sin embargo, para muchos defensores del medioambiente, esa apuesta implica un riesgo desmedido en un contexto de emergencia climática. Subrayan que el verdadero liderazgo climático se construye con medidas coherentes y con una transición energética basada en renovables, no con la expansión de la industria de los hidrocarburos en zonas ecológicamente sensibles.

A pocos meses de que Brasil sea anfitrión de la COP30, la estrategia energética del país se encuentra en el centro del debate global. La tensión entre crecimiento económico basado en combustibles fósiles y la promesa de liderar la diplomacia verde marcará el tono de una cumbre que ya se perfila como altamente conflictiva.


Fuente: https://elpais.com/america/2025-06-18/brasil-explotara-19-yacimientos-de-petroleo-frente-al-delta-el-rio-amazonas.html

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